En 2012 escribí sobre Lovemarks, orientando el concepto hacia las fuerzas de ventas. Desde aquel artículo, mucho ha cambiado en el concepto. Hoy en día no es concebible una Lovemarks que no contemple y cuide su presencia e imagen digital.
El hecho que quería destacar en este mini post es la importancia que el consumidor, además de hacer suya la marca, además de sentirla y quererla, pueda interactuar con ella. Por ello traigo a escena la fotografía donde un usuario Volkswagen ha personalizado el logo de su vehículo para hacerlo más suyo.
Este concepto de apropiación tiene una serie de riesgos, pues el usuario o consumidor, va a querer hacer gala de su propia lovemarks que igual no va en consonancia con la imagen de marca. Aquí se podría abrir un debate interesante.
¿Quien gana? En mi opinión sin poder asegurar quien gana, si estoy seguro de quien pierde, y es la indiferencia. Por ello es un buen indicador que el consumidor "juege" con su marca.