Todos hemos escuchado la expresión: "tropezar dos veces con la misma piedra". Extendida en la lengua castellana, el refrán refiere la repetición de errores.
Sin embargo en menos ocasiones se refiere cuando por evitar ese tropiezo, iniciamos una cadena de errores mucho mayores y de peores consecuencias, que el inicial.
En este caso que refiero tiene gran parte de responsabilidad el orgullo. La secuencia suele ser similar:
1- No queremos reconocer una mala praxis.
2- Ocultamos nuestro error para no dañar nuestra imagen.
3- La ocultación del error conlleva el inicio de una nueva equivocación.
En una disciplina tan relacional como son las ventas es necesario disponer de la humildad para reconocer errores, aprender de ellos y romper secuencias de fracasos.
Ocurre en muchas otras disciplinas. Por ejemplo: la conducción, donde el error al pasarnos un desvío es menos grave que el inicio de una maniobra violenta y de riesgo.
Por ello, cada error no es solo una ocasión para aprender y practicar la humildad, sino una oportunidad de que la equivocación sea única y acabe ahí.
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