El artículo sigue estando vigente y constituye un magnífico complemento para la venta. Observación máxima nos ofrece una información gratis (no tenemos que molestarnos en preguntar).
Por poner un ejemplo más tangible, hoy en día, cualquier vendedor se esfuerza por conocer en el punto de venta cual es el espacio de mayor visibilidad, donde se produce el mayor paso del establecimiento. Buscamos el recorrido del cliente. En ocasiones (por ejemplo en la fotografía), el estado gastado de las baldosas, del mostrador u otros indicadores nos pueden regalar la información.
De esta manera, siempre podremos partir en la negociación con algo de ventaja.
En estos tiempos, se valora en gran medida la información que proviene de caros instrumentos de alta tecnología, los cuales son capaces de emular el ojo humano, de estudia los trayectos de los clientes en un supermercado, las reacciones de los individuos ante estímulos, etc... Pero no por ello deben dejar caer en saco roto la información que emana de la simple observación (más vieja que el hilo negro).
Ser un buen gestor de algo tan en boca de todos como el lenguaje no verbal es más una cuestión de entrenar esta observación que de conocer las posibles interpretaciones. Pero claro, hacer varias cosas a la vez es difícil (escuchar y observar). La única recomendación válida es la práctica.
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