No soy pionero en la temática de enlazar cuestiones amorosas con el mundo de las ventas. Durante este verano, la madrileña Eva Sastre (@evasapar) escribió un interesante artículo que tuvo bastante éxito en redes sociales:
Genial se puede considerar la historia de amor con la que Javier Heredia (@_JHeredia_) nos deleitó desde su provincia de Cádiz.
En mi post de hoy expongo otra similitud, pues entiendo que el amor en su sentido de relación de pareja y el amor hacia una profesión vocacional como son las ventas, mueren y se alimentan por idénticos motivos:
Inanición: El vínculo debe ser alimentado continuamente. La profesión de ventas requiere continuas actualizaciones. Sin una formación adecuada la carrera de vendedor acabará igual que la de una pareja que no pone de su parte para crecer.
Monotonía: El aburrimiento cansa. El vendedor debe romper su rutina y estar abierto a cambios que le vayan renovando la ilusión (nuevas rutas, nuevos retos, posiciones). La muerte por aburrimiento es un martirio.
Respeto - confianza: Si falla este pilar, difícilmente se podrá avanzar en los dos estados que ponemos en comparación. Los excesos de confianza son igualmente malos, ya que pensar que todo está hecho y demostrado llevará a la perdición. Ambos valores llevan a un concepto superior de lealtad.
Resiliencia: La realidad no es el mundo de los sueños y hay que estar preparado para sobrellevar los momentos duros. Unos malos resultados temporales no pueden hundir al profesional. Todos pasamos malas rachas.
Comunicación: La comunicación clara en el mundo de pareja es tan importante como en el comercial. Decir lo que se piensa en el momento oportuno y de la forma adecuada.
Autocrítica: Ninguno somos perfectos y nuestra reacción inmediata (la del cerebro reptiliano) es la defensa. Reconocer que nos equivocamos, aprender de estos errores y accionar para que no se vuelvan a repetir, resulta de gran ayuda.
Conciliación: Convertirse en un obseso de cualquier situación no lleva a nada positivo. En ventas es importante el amor por la profesión, pero también disponer de otras aficiones y actividades compatibles.
Y la lista podría continuar... aunque en el amor y en las ventas NO todo vale.
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