Parafraseando el título del clásico de 1957 Doce hombres sin piedad, protagonizada
por Henry Fonda, abordo una serie de artículos breves para mostrar mi visión
sobre aspectos relacionados con el mundo de la empresa, de las ventas y de la
sociedad en general. En la quinta entrega hablo de dos disvalores que cotizaron
al alza: la sumisión y el encasillamiento.
5 El país de los pitufos
(roles y sumisión):
¿Se coloca la etiqueta de
conflictividad a la disidencia? La diferencia genera valor. Está demostrado que
los equipos de trabajo heterogéneos producen más que los que están formados por
miembros cortados por un mismo patrón.
En los colegios se sabe que
los niños con cualquier diferencia (odio la palabra minusvalía) tienen que
estar en clases normalizadas. Es bueno para ellos y también para el resto. Los
equipos polivalentes son equipos de éxito, como Los pigüinos de Madagascar:
Sin embargo no siempre se
tiene esto presente. Los pitufos empresariales (con todo el respeto del mundo a
los personajillos azules de los dibujos animados) son pequeños de miras.
Amantes de asignar un rol y perpetuarlo. Amigos de encasillar y etiquetar. Ven
como enemigo al libre pensador.
Al igual que en Los pitufos,
todos tienen un pitu-rol: pensador, pintor, poeta … (excepto Pitufina, que
parece ser que con su rol de fémina ya tiene bastante, lo cual también es
triste en un mundo de igualdad).
Se sobrevalora al que es
capaz rápidamente de atreverse a encasillar a un colectivo de trabajo: “- López
es un vendedor agresivo, Serafín es un vendedor conflictivo y Julián es una
hormiguita”. Sin embargo está penado el dudar o simplemente decir que están en
evolución o polivalencia.
Hoy en día, las empresas
modernas y competitivas valoran al tipo de profesionales, que además de ser
cumplidores con sus cometidos, son constructivamente críticos y no se cohíben a
la hora de expresar de manera coherente cualquier diferencia, rompiendo los
roles establecidos. Pensar diferente no tiene nada que ver con la deslealtad.
Pero algunos la confunden.
El papel de este perfil
profesional en las dinámicas grupales de trabajo es vital para testar y buscar
alternativas en un mundo donde diferenciarse se hace imprescindible y que cada
vez dista más del país de los Pitufos.
Adrián.
ResponderEliminarEstos Pitufos abundan en ambos continentes. Pero en cualquier momento les llega su GARGAMEL. Cuando se dan cuenta que su estilo de liderazgo solo ha traido pérdidas a la empresa y baja productividad.
La cuerda se rompe por el lado más débil. Y las empresas pierden más dinero y competitividad por la gente que las dirige al interior, que por la competencia o una baja en la demanda.
Jajaja ! Gracias por el comentario. Sí, llega su Gargamel o como se dice por aquí: "a todo cerdo le llega su San Martín (que es la fecha de matanza)". Un fuerte abrazo y gracias por la visita y el comentario.
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