En el desayuno nada sienta tan bien como un buen café. El otro día me invitó una amiga a tomarlo. Lo elaboró por el sistema tradicional y la casa quedó impregnada por la fragancia de las semillas tostadas y molidas de la famosa planta estimulante.
Me acordé de la anécdota que le ocurrió a un amigo que quería hacerle un regalo especial a su padre por su día. Ya que éste era un gran aficionado al café, decidieron comprarle una máquina de cápsulas de café del último modelo. El señor mayor, ilusionado con su regalo decidió probarlo al instante. Insertaron las cápsulas e hicieron varios cafés. En el momento de la prueba, todos esperaban ansiosos el veredicto del homenajeado: “la prueba del sabor”. El aspecto de la bebida era genial: cremoso, humeante… y el sabor... ¡también! Todos quedaron satisfechos.
Sin embargo, transcurridos algunos días, mi amigo visitó a su padre para desayunar y lo encontró preparándose un café en su vieja y antigua cafetera. Sorprendido, le preguntó por qué no utilizaba la nueva máquina. Al fin y al cabo era más rápida y el café más cremoso. Su padre agradecido le dijo: “Realmente el café está genial. Lo que ocurre es que con la nueva máquina de cápsulas, el café no huele y a mí me gusta que por la mañana toda la casa huela a café”
Por ello no es de extrañar que muchos establecimientos de hostelería escojan la primera hora de la mañana para realizar la molienda del café tostado y así lanzar una llamada de marketing sensorial a su clientela.
El café no puede perder su esencia. Y el vendedor tampoco. El profesional de la venta tiene que cuidar todos los detalles para el desarrollo de su profesión. No solo debe ser un buen profesional, sino también dar la impresión de serlo: referencias, buena imagen, organización, orientación al cliente, positivismo … A mucha confianza que tenga con el cliente tiene que mantener la consistencia a su argumentación… pues de lo contrario, corre el riesgo de convertirse en un café sin aroma.
Toda la razón,Adrián...Muchas veces,los vendedores perdemos lo que nos caracteriza:la profesionalidad,en resumen,el aroma...Gran metáfora muy didáctica
ResponderEliminarMuchas gracias Javier por tu comentario de calidad y por los contenidos que estas compartiendo en tu recienestrenado blog. Seguro que va a ser un éxito pues tienes muchas anécdotas y contenidos que compartir de los que nos gustan a todos: de la calle. Permíteme recomendarlo: http://lasinquietudesdevierkovic.blogspot.de/
EliminarUn fuerte abrazo.
Si señor, muy buen artículo. La esencia es la clave de todo. Al señor del café no le faltaba razón, pero solo me queda una cuestión y es la relativa a los cambios. Cuando se avecina un cambio o modernización, los más puristas se abrazan a la esencia y a las costumbres para no avanzar. ¿Que opina usted al respecto? Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Marco por tu valiosa aportación. Efectivamente un peligro y argumento del inmovilismo es no cambiar lo que ha funcionado antes. No obstante el planteamiento que le estoy dando es diferente: no perder la esencia. Manteniendo la historia: habría que buscar esa maquina de cápsulas ultramoderna, que mantenga el aroma del café. Un fuerte abrazo.
EliminarMe encanta tu café de hoy, Adrián ... Lo mejor para arrancar el día y el mejor aliado para trabajar en el mundo comercial. ¡Me encanta tu blog!
ResponderEliminarGracias Ruth por tu visita y elogios hacia el blog, los cuales me llenan de satisfacción. Como sabes, La venta desde las trincheras no tiene ánimo de lucro, solo compartir y mi recompensa está en la satisfacción e interacción de mis lectoras y lectores. Un fuerte abrazo y GRACIAS.
EliminarMuy buen articulo los vendedores no podemos perder la esencia ni los valores. Hoy se ven muchos en la profesion que estan porque no encuentran otra cosa y eso es trabaar sin vocacion
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar y comentar: ESENCIA: siempre necesaria.
EliminarSiempre me haces reflexionar con tus artículos Adrián. Cierto es que aunque creamos que todo lo hacemos bien, a veces, con las prisas del día a día, vamos perdiendo esa esencia del buen vendedor y de ese café cuyo aroma ya incita al consumo...
ResponderEliminarMe viene a la mente también el artículo de Eva del otro día recordando al tendero de antaño que sabía nuestro nombre, allí también se olía el aroma de su tienda...
Buena comparación amigo :.-)
Genial referencia Santi al articulo de @Evasapar donde refleja los beneficios de fidelización adquiridos del negocio tradicional.
EliminarMuchas gracias Santi por la visita y un fuerte abrazo.
Muy buena reflexión Adrian. Imagino que conoces el caso de Starbucks, y de como casi llega a la quiebra debido a la perdida de gran parte de su identidad, el olor a café que se esparcía por la calle y hacía de atracción a muchos de sus clientes. Fue una brillante idea de un CEO nuevo ( a veces deberían de dejar todo como está) que se empeño en vender fritos en las tiendas, haciendo que desapareciera el característico olor a café.
ResponderEliminarMenos mal que el genial Howard Schultz volvió a la compañía y puso las cosas en su sitio.
Excelente ejemplo de como el marketing sensorial influye en nuestras decisiones, en este caso, que café tomar.
Finalmente te diré que es mi mismo caso. Me regalaron en reyes una Nespresso, pero sigo con mi cafetera. El no oler a café hace que mi experiencia cafetera matutina sea incompleta.
Un abrazo!
Muchas gracias David. No conocía el caso y te agradezco que hayas tenido la deferencia de compartirlo para todos. Es lo que tenemos los bloggueros... nos encanta compartir para crecer.
EliminarUn fuerte abrazo.
Genial, dinámico y sencillo... Como de costumbre, Adrián. En resumen. la esencia, lo genuino es muy importante.. Y en nosotros/as, está la opción de seguir nutriendo y mejorando, aquello que nos hizo triunfar alguna vez... Con independencia del cargo, o rol que desempeñemos en diferentes momentos de nuestra etapa profesional.. En definitiva: "No perder el Sur" ;-)
ResponderEliminarInteresante reflexión: "no perder esa esencia en los cambios profesionales". Cuando a mi me promocianaron un jefe nacional (QEPD) me dio dos consejos: Trata a los demás como te gustaría que te trataran y amigos si, pero tu burro en mi sembrado, NO. Yo estoy seguro que los líderes inteligentes saben apreciar los nuevos estilos de liderazgos y mantener la esencia que los ha llevado a progresar. Un fuerte abrazo, compañero.
EliminarQue buen artículo,me encanta el olor a café recién hecho por la mañana.Una vez leí una frase que me gustó mucho,que decía:
ResponderEliminarEl café debe ser negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor.
Gracias Belén. Que buena frase. Muy ingeniosa. Un fuerte abrazo.
EliminarMe encanta el post...como el aroma de un café...
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