Dentro de la especie animal encontramos curiosos casos de jerarquía establecida. Uno de ellos es el de los simios.
Liderando la agrupación no necesariamente se encuentra el mono más fuerte sino el más resolutivo a la hora de solucionar problemas y el que mejor uso le da a las herramientas.
En muchas ocasiones al macho dominante le faltan piezas dentales perdidas por el transcurso de los años o por el desgaste de pasados combates. Otras veces está cubierto por mechones de pelaje blanco, fruto de la canicie provocado por el envejecimiento. Su mando no suele ser discutido.
Siempre está rodeado por su séquito, su propia guardia pretoriana y mantiene la paz y el orden dentro del grupo.
El mundo de las ventas no dista mucho del reino animal.
La juventud es importante pero la sapiencia de muchos “monos blancos” y su habilidad con el uso de herramientas, así como su capacidad resolutiva le permiten encontrarse en posiciones de responsabilidad en las empresas. Al igual que en los grupos de simios, éstos gozan del reconocimiento y aprobación de los equipos, al entender que su dirección está orientada al desarrollo del propio colectivo potenciando las individualidades.
La juventud es importante pero la sapiencia de muchos “monos blancos” y su habilidad con el uso de herramientas, así como su capacidad resolutiva le permiten encontrarse en posiciones de responsabilidad en las empresas. Al igual que en los grupos de simios, éstos gozan del reconocimiento y aprobación de los equipos, al entender que su dirección está orientada al desarrollo del propio colectivo potenciando las individualidades.
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