El 24 de Junio de 1977 se disputaba en el estadio Vicente Calderón de Madrid la final de la I Copa del Rey (anteriormente había sido Copa del Generalísimo).
El Real Betis Balompié y el Athletic de Bilbao (rey de copas) habían alcanzado meritoriamente la final. La misma había levantado gran expectación.
Tras un partido muy reñido, acabaron los 90 minutos con empate a un gol. En la prórroga se adelantó el conjunto vasco, pero los andaluces, empataron en el 116. La tanda de penalty decidiría aquella gran final.
Los cuatro primeros lanzadores de cada equipo habían hecho gol. En el quinto lanzamiento, el internacional bético Julio Cardeñosa, erró el disparo. Si el Athletic marcaba se proclamaba campeón. Lanzaba el extremo bilbaíno Dani. Esa temporada había sido el encargado de ejecutar las penas máximas de su equipo, alcanzando un 100 % de efectividad.
De su bota salió un disparo ajustado al palo derecho, sin embargo, Esnaola, el portero del Betis, logró detener aquel penalty decisivo y prolongar así la tanda de lanzamientos que proclamaría campeón al Real Betis Balompié.
¿Hubo fortuna? Puede que si.
No obstante, el guardameta bético había estudiado durante la semana anterior la manera de lanzar los penaltys de Dani. El mérito está en que en aquella época no había videos ni internet al alcance de cualquiera y tuvo que recurrir a medios gráficos para realizar el estudio.
El caso escenifica el hecho de que la suerte en muchas ocasiones es determinante, pero siempre que se hayan controlado el máximo de variables... menos serán las opciones que quedan libres al azar.
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